miércoles, 15 de octubre de 2008

Rosaristas.......

Es la primera vez que me comunico con ustedes a través de este medio, invadido por un profundo interés en despertar en todos ustedes el sentido de propiedad y afecto por nuestra Universidad.

Recibí con mucha alegría la acogida que estas últimas elecciones tuvieron en todos nosotros, debido a la firme convicción de que todos nos interesamos por el bienestar propio, y por ende el del ente universitario.
Pero es difícil disipar las ideas que nuestra pintoresca sociedad ha creado en todos nosotros, como que un alto porcentaje de estudiantes votaron movidos más por lazos de amistad o simpatía con algún candidato que por una opinión objetiva. De todas maneras, resulta más interesante tratar de mover a las personas a las cuales me referí con anterioridad que buscar, a través de esta columna, persuadir a los intelectualmente más interesados en las ideas planteadas por los candidatos.

Lo planteo de esta manera porque creo en el sentido de pertenencia que todos podemos llegar a desarrollar. Pero más aun, siendo el hombre egoísta, si se le plantean las ventajas que puede recibir, estará dispuesto a involucrarse en los procesos que a ello conlleven.
Actualmente curso séptimo semestre de la carrera de Jurisprudencia y sinceramente pocos han sido mis intentos por involucrarme con la política estudiantil. Pero soy consciente del mal que me ocasiono al mantenerme al margen de esos procesos, ya que muchas son las ideas que todos podemos aportar además del control que podemos realizar a la gestión de nuestros dirigentes.

Es importante señalar que la invitación que me propongo no es la típica propuesta de oposición ni mucho menos a que se involucren directamente a través de una aspiración a una distinción. Pero si creo que se pueden crear espacios de discusión no sólo políticos, donde se logren proponer ideas, sino también promover la discusión de temas de actualidad. Es posible además, crear un buzón virtual para que anónimamente se participe en la gestión de nuestros representantes. Pero de suprema importancia que también se cree una página de Internet donde se establezcan las metas a realizar y los objetivos superados porque creo que lo que nos margina de la participación, más que la pereza, es la falta de información.

Nuestras directivas y representantes, no deberían esperar los interrogantes o quejas para informarnos de su gestión. Debe ser una preocupación de ellos el que nosotros nos mantengamos informados, para luego no padecer de la típica crítica desinformada: “es que definitivamente yo no veo que hagan nada”. Cuestionamiento muy popular entre los ciudadanos, aun frente a sus gobiernos locales, a causa de la ignorancia en cuanto al desarrollo de proyectos los cuales tienen poca resonancia en los medios. Entonces queridos compañeros, debemos abogar por el derecho a mantenernos informados de lo que se realiza para saber que tenemos a nuestro alcance y que podemos aprovechar. Al mismo tiempo proponer formulas de solución a los problemas, pues entre varias cabezas no solo se crean rebaños, sino además las respuestas que todos reflejamos a los problemas.

Señorita Juliana Nándar y Señor Andrés Ramos junto al resto de representantes electos, en primer lugar mis felicitaciones, de ustedes se esperan grandes cosas, y personalmente sé que tiene la capacidad de realizar lo que se propongan. Lo que si les pido, sin ningún derecho hacerlo aclaro, es que se destaquen en su gestión y generen en los mas apartados el interés que nos hace falta para mejorar nuestra institución. Ya que la carrera se termina después de un periodo, pero Rosaristas permanecemos de por vida, que bueno sería apreciar un proceso de inclusión de los estudiantes de todas las carreras a través del tiempo, enalteciendo el nombre de: Nuestro Colegio Mayor del Rosario.

Julio Alberto Pumarejo

Materias sin créditos… ¿Cuál es el criterio?



Gran parte de las reformas impulsadas desde la facultad de jurisprudencia, son resultado de un estudio insuficiente y una pobre exploración de los posibles resultados, lo que termina soslayando los criterios objetivos que supuestamente han inspirado los procesos. De allí surge una inquietud; ¿Por qué motivo Taller de Cultura Rosarista, Práctica Jurídica y Consultorio Jurídico en el nuevo sistema, no tiene un reconocimiento en término de créditos académicos?

Recuerdo un par de reuniones informativas realizadas por la facultad en el 2005 y 2006 para tratar la implementación del nuevo sistema de créditos en la facultad. Todos los estudiantes fuimos invitados y cuando brotó esta pregunta, descubrimos que no había respuesta por parte de las directivas. Tanto en la reunión de 2005 como en la de 2006, las inquietudes y preocupaciones que manifestamos a la secretaria académica y al director de pregrado del momento no fueron contestadas. La única respuesta que nos ofreció la facultad fue que las posibles consecuencias negativas de no darle créditos a Práctica Jurídica y Consultorio Jurídico, se tratarían cuando la primera generación enfrentara esa situación.

Es ofensivo que las directivas asuman respuestas evasivas frente a una problemática que se avizoraba desde tiempo atrás. Pero esto sería anecdótico apenas si el problema se hubiera resuelto, pero para finales de mayo de 2008 se citó a una reunión de inducción de la práctica jurídica y allí, ante la reiteración de nuestros cuestionamientos, el Coordinador de la Práctica contestó que ignoraba las razones que inspiraron el cambio realizado dos años atrás. En una nueva inducción realizada en agosto de 2008, se manifestó que había cambio el sistema de calificaciones pero que se ignoraba el criterio de la nueva decisión. Es alarmante que las directivas de la Facultad desconozcan los criterios que guiaron los cambios impulsados desde la Facultad.


Veamos por qué este asunto es tan importante para nosotros los estudiantes. Desde el punto de vista práctico, esta medida está generando una carga desproporcionada cuando un estudiante enfrenta séptimo semestre, pues debe responder por 6 o 7 materias adicionales a la práctica en la cual se debe cumplir con un total de 144 horas. En ese nuevo esquema es como si nos advirtieran que esa labor no tiene reconocimiento alguno, y que la Práctica o el Consultorio son algo así como labores extracurriculares a las cuales se pudiera asistir o no. Lo anterior implica que los estudiantes de estos semestres, próximos a su graduación, no tienen tiempo para profundizar en sus estudios o investigar temas de interés.

Por otro parte, se presenta el Decreto 2566 de 2003 el cual impuso a las universidades colombianas un sistema de créditos vulnerando su autonomía y rebajando la calidad de su educación (he aquí otro tema para ser analizado en otro artículo). Sin embargo, permite que el estudiante estructure su educación según sus propios intereses y su disponibilidad horaria. Este Decreto estipula que, “El tiempo estimado de actividad académica del estudiante (…), se expresará en unidades denominadas Créditos Académicos”. Según la misma normatividad, un crédito académico equivale a 48 horas de trabajo académico de cada estudiante. La contradicción es palmaria; cada materia que vemos en la Universidad deberá estar representada en créditos académicos de acuerdo al trabajo que demanda y así permitir que el estudiante organice su actividad académica según su disponibilidad horaria. Esto demuestra que la implementación del nuevo sistema de créditos, que inició en el segundo periodo de 2005 (luego de expedido el decreto) no tuvo en cuenta la normatividad en el asunto y por el contrario establece materias como Taller de Cultura Rosarista, Práctica Jurídica y Consultorio Jurídico sin representación en créditos, ¿acaso cree la facultad que estas materias no representan labor alguna? ¿O será que la imposición del nuevo sistema perturbó la planeación realizada por la facultad y llevó a decisiones de este tipo? Establecer que estas materias no sean calificadas, sino simplemente aprobadas o improbadas, genera aun más dificultades e inconformismos. Si las medidas tomadas por la Facultad no responden a las necesidades de los estudiantes, contravienen el concepto de universidad de investigación y ni siquiera respetan la normatividad nacional, entonces, ¿Cuál es el criterio?

David R. Rodríguez Navarro

Que no te impongan un pensamiento


Es bastante difícil ver que la gente, sin pensar, sigue a los demás como un rebaño lo haría detrás de su pastor, amedrentado por los perros ovejeros. Pero creo que esto no es lo más grave, por que digamos que esta manera de hacer política, es la que actualmente rige en Colombia.

Lo más grave es que, además de no existir un ejercicio de la razón detrás del voto, tampoco existe mucha disposición para cambiarlo. Las más férreas posiciones, muchas veces inamovibles, sordas e irreflexivas son las que se han visto construir estas semanas alrededor del arco iris político estudiantil. Es difícil de tragarse esto, pensando que estamos en un centro de cultura, en el cual el espíritu de crítica y el universalismo deberían ser nuestro modus vivendi. El voto debería ser a consciencia y no alentado por favoritismos, amistades y prebendas.

La intolerancia, que no necesariamente es con insultos o física, también puede manifestarse en actitudes de las personas. Y creo que todavía, nos queda mucho por aprender en este campo. Vi irrespeto a la palabra; tenemos que aprender a escuchar, estar dispuestos a oír al otro y no despreciar sus ideas por la simple razón de que es el otro. También vi preguntas que buscaban deslegitimar a los representantes y nunca dirigidas a cuestionar las propuestas. El libre desarrollo de la personalidad no puede verse atropellado por el espíritu de la masa.

Cuidado, no reproduzcamos la manera de hacer política en Colombia, no podemos crecer dentro de un ambiente participativo contencioso, hagamos que el respeto y la razón triunfen y nos formen como promotores de una nueva sociedad colombiana. No le sigamos el juego a la intolerancia. Si seguimos promoviendo este tipo de actitudes, seguimos promoviendo nuestro común denominador como colombianos, la violencia.

Julián Jaguar