domingo, 15 de marzo de 2009

BENDITAS LAS TIENDAS DE CAFÉ OMA

¡Bendita la hora en que llegaron a nuestra Universidad las tiendas de Café OMA! Bendita la hora porque los módicos precios de sus productos permiten, hoy por hoy, a cientos y cientos de estudiantes disfrutar de tan distintos tentempiés por unos cuantos pesillos. Bonita manera de orquestar el excelente negocio al servicio e interés del estudiantado, cuando los precios de este semestre, por ejemplo, bajaron de $3100 a $4500 pesitos en emparedados de Jamón y Queso… ¿Qué decir del “gangazo” en precios de las galletas de mora? Pasaron de estar de unos dispendiosos $1300 a unos moderados $1500…
Si le parece poquito estimado lector, observe la increíble y generosa disminución en los combos que allí se venden. Algunos pasaron de elevados $4500 a unos asequibles $6800 pesos.
Significativo y admirable servicio entonces, el que viene desarrollando ésta pequeña empresa denominada OMA. Empresa que ha encontrado sendas dificultades para posicionarse en el mercado local y nacional, al tener sólo un puñado de establecimientos en Bogotá y toda Colombia. Seguramente, la nueva estrategia de OMA en este semestre, dentro de la Universidad, de disminuir paulatinamente los precios, es una arriesgada táctica que no procura la ganancia y utilidad del negocio, sino el bienestar y la economía de nosotros los estudiantes.


Me refiero a la temible, monstruosa y monopolística máquina de café del Edificio Nuevo del Claustro, que con sus alarmantes artimañas intenta acabar con las humildes tiendas de Café OMA


De igual modo, da gusto comprar y apoyar a OMA, debido a la tramposa y compleja competencia que se le presenta al interior de la universidad. Me refiero con ello (y acuso públicamente) a la temible, monstruosa y monopolística máquina de café del Edificio Nuevo del claustro, que con alarmantes artimañas y con todo su poderío mercantil y económico, intenta acabar a las humildes tiendas de Café OMA. La amenazada OMA ha respondido a su magnánimo rival con estrategias honestas y serviciales encaminadas al rendimiento del diario presupuesto estudiantil.

Aspiro a que con éste pequeño artículo la Universidad NO tome cartas en el asunto y deje a OMA seguir con la íntegra política de manejar los precios como mejor les parece, pues la experiencia nos ha demostrado que todos nos beneficiamos con la honesta y altruista labor en la cual se empeñan estas progresistas y dóciles tiendas de Café OMA.

Héctor Hurtatis Espinosa

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