EDITORIAL

Queremos hacer un reconocimiento a la Universidad por el respeto a la libertad que tenemos para expresar nuestros pensamientos. Sin embargo lamentamos que algunos docentes como Edgar I. León Robayo, aprovechando su cátedra, ataque este medio y tilde de mentirosos –supuestamente era escrito anónimo- a quienes escriben los artículos, tal y como sucedió el semestre pasado con el artículo “Un Negocio Llamado Universidad”. Pero más preocupante aún es que su argumento sea que quien no esté de acuerdo con las medidas de la Universidad se deba retirar de la misma. Hacemos un llamado al respeto por los estudiantes y por el esfuerzo de cada familia por pagar la educación en la Universidad del Rosario. Pero además le aclaramos al docente que si denunciamos los errores de la universidad no es por desprecio hacia ella sino por buscar la solución de las problemáticas que se presentan dentro de la misma.
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